LIBRO/TERCER CAPÍTULO: EL CLAN DEL LOBO DE LA SIERRA DE BALJERRI

CAPITULO 3º.  

TIEMPOS DE ESPERANZA FRUSTRADA

El temporal duró más tiempo de lo esperado, Ezkly y su gente se vieron obligados a quedarse en la cueva del clan del lobo. Plot decidió una vez más, aceptar no sin resignación que se quedaran, por la repentina llegada de los vientos del norte y la nieve. El manto blanco del paisaje sólo se veía alterado por alguna tímida huella, posiblemente de algún animal perdido o acosado por algún depredador al acecho, no pocos llegaban huyendo desde las tierras del norte, esperando de ese modo vislumbrar algún pedazo de tierra verde, no ocupada por la desmoralizadora capa blanca que todo cubría.

Las reservas de alimentos eran aún abundantes pero el clan estaba enojado con Plot, estaba permitiendo a aquellos extraños compartir su comida, sus ritos y costumbres...

Parecían predestinados a entenderse y permanecer juntos, iba a ser duro pues los alimentos si eran compartidos difícilmente alcanzarían todo el invierno. Plot estaba nervioso,

¡Cómo evitar que esa futura escasez que ya él vislumbraba enfureciera a su clan, sin tener que condenar a su vez a aquél grupo extranjero!

Sin duda ésta sería  la última opción en caso de necesidad. Ezkly también era consciente del potencial riesgo que pronto todos podían sufrir.

La primera noche compartida por ambos clanes resultó bastante tensa, el clan invasor se arremolinó en torno a su jefe, la cueva neandertal era un hervidero de emociones, ambos jefes fueron incapaces de conciliar el sueño, ni tan siquiera repararon en la ansiedad que se había apoderado de la pequeña Lite, que por cierto tampoco pudo dormir, presa como estaba del pánico, pensó en escapar, pero eso sería un suicidio, supondría aventurarse a una muerte segura.
Lo único positivo de esta unión era de momento que en la cueva se mantendría el calor durante más tiempo alargando así las reservas de combustible.

Algunos integrantes de ambos clanes habían permanecido despiertos, observándose, estudiándose mutuamente, recelosos. Pero la gran mayoría, tras un día tan largo, cayeron exhaustos en un profundo sueño, confiados como estaban en la afinidad que percibían entre los respectivos jefes Ezkly y Plot.

Gertz lugarteniente de Ezkly y el guerrero más valeroso del clan cro-magnon no estaba de buen humor y Ezkly lo sabía, habían conseguido llegar hasta allí no sin esfuerzo y ahora se veían en una situación difícil a expensas de lo que quisieran darles los neandertales. Ezkly trató de calmarle, pero Gertz era hombre de acción y la estancia en aquella cueva le resultaba humillante. Si no cambiaba pronto la situación  iba a ser una fuente de problemas. Al final consiguieron convivir durante poco más de dos semanas, no sin dificultades

Linf era ya muy mayor y necesitaba cuidados, el temporal había agravado sus problemas artríticos,         tenía los huesos deformados y engrosados y su peso había menguado considerablemente como consecuencia de la dificultad de ingerir determinados alimentos, su avanzada edad había deteriorado sus piezas dentales, pues utilizaban su dentadura en múltiples tareas, entre las cuales destacaba el moldeo de pieles y sujeción de la carne para su posterior descuartice. Descansaba cerca de su hijo Plot y  Xeti, la curandera del clan neandertal no la dejaba sola durante mucho tiempo, la procuraba los cuidados que necesitaba, pero aún así pocos esperaban que superara aquél duro temporal. Yew, el brujo del clan preparaba un ritual mediante el que los espíritus de Laux Y Klasma ayudaran a Linf.

Para realizar ese ritual Yew le pidió a Plot que los del clan extranjero debían ausentarse de la cueva, de lo contrario probablemente no acudirían en su ayuda.
Plot tenía un gran problema, la vida de su propia madre estaba en juego, pero lo peor era que podía estar la de toda su gente, si los extranjeros se sentían ofendidos y abandonados en aquellas circunstancias tan extremas.

 ¡Que podía hacer!

El tótem protector del clan, el lobo, probablemente no acudiría en ayuda de Linf, los extraños tenían que marchar, al menos mientras durara el ritual de invocación. Plot lo tenía decidido, sus sentimientos de hijo superaban el fuerte instinto genético-protector que como jefe del clan había heredado…

Aguardaría al momento adecuado, debía estudiar bien la estresante situación que se estaba viviendo, por un lado era consciente del estado de agitación que embargaba a Gertz, aquél fornido cazador que seguía a todos los lados a Ezkly, del precario estado de su madre Linf, y de la necesidad de cumplir con sus obligaciones con Lite, la hija de Ezkly pues de lo contrario podrían entenderlo como muestra de rechazo, además estaba también el enojo de Yew, y por supuesto garantizar la calma en el seno de su propio clan. Todo esto estaba empezando a minar la paciencia de Plot, le empezaba a suponer un estado de excitación superior a cualquier lance de caza por peligroso que hubiera resultado, y lo peor de todo es que afectaba a su capacidad de liderazgo y no quería que se repitieran situaciones desagradables como en el pasado más reciente. Ser jefe del clan conllevaba un plus de responsabilidad que el resto desconocía o les interesaba desconocer.

Lo que Plot no sabía era que Lite estaba destinada a ser en la próxima primavera la compañera de Frun, el hijo de Gertz, esto aumentaba considerablemente la ira de su padre, no soportaba la situación, era la primera vez que detenían su avance en mucho tiempo, nada hasta ahora se lo había impedido, y encima ahora debía soportar la deshonrosa pérdida de su hija a manos de aquellos seres.

Habitualmente se concertaban uniones entre los diferentes clanes, de tal modo que al llegar a la pubertad el joven acudía a las inmediaciones de la caverna de la chica prometida, o de la tienda que en épocas de clima favorable construían en el exterior con madera de los abundantes avellanos que les rodeaban, y protegidas de las ocasionales lluvias por pieles de animales, habitualmente grandes mamíferos, como bisontes, caballos o ciervos gigantes, y sujetadas a dichos maderos con los tendones secos a modo de cuerdas.

La joven abandonaba para siempre su grupo, su clan, era necesario, venían haciéndolo así desde tiempos inmemoriales. Este intercambio de mujeres garantizaba su existencia y era asumido pero no evitaba situaciones de tristeza y dolor por parte de su familia.

Desde el exterior de la cueva Plot respiraba con dificultad, la ansiedad se apoderaba de él. Se acordaba a menudo de las historias que su madre Linf le narraba sobre su abuelo Laux, ahora quisiera que estuviera a su lado aconsejándolo. ¡Como actuaría en este caso Laux! Era imposible saberlo, ni tan siquiera hubiera podido imaginárselo. Comenzó a dar vueltas en círculo, de vez en cuando se detenía y miraba hacia el cielo, esperaba una señal, una especie de consejo de los espíritus protectores del clan, su tótem el lobo, la diosa Luna, el Sol, la madre naturaleza…

Mientras en el interior de la cueva las mujeres continuaban perforando las conchas marinas con las que se fabricaban collares, las mujeres del clan Cromagnon observaban con curiosidad como lo hacían, también ocupaban las horas curtiendo pieles, las mujeres de ambos clanes se intercambiaban técnicas, por ejemplo Lika y Grazz, compañeras de Troms y Xylom, eran expertas curtidoras, sujetaban con sus dientes las pieles a modo de torno, las frotaban con los restos de vísceras de las presas cazadas, y procedían a estirarlas con fuerza, las retorcían y las volvían a frotar hasta que quedaban lo mas suave posible para usarlas a modo de abrigo para protegerse del frío. Por su parte Nagg y Tax  las compañeras de Gertz y Atum respectivamente, intentaban explicarlas que ellas procedían de modo parecido con la diferencia que utilizaban cortezas de roble, aunque a duras penas conseguían hacerse entender.

A su vez los hombres aprovechaban para realizar, en lo mas profundo de la cueva grabados y pinturas con los que básicamente representaban lances de caza, enseñándose entre ambos clanes sus métodos de caza, aprendiendo mutuamente, lo que posteriormente les ayudaría o quizás no… además pintaban sobretodo aquellos animales que iban a ser objeto de presa, como bisontes, ciervos,  cabras, algún reno y en mayor medida caballos.

Además de pintar aprovecharon aquel tiempo de inactividad para la fabricación de las valiosas y necesarias herramientas, sin ellas su vida diaria hubiera resultado casi imposible, entre ellas destacaban las hojas de silex, que empleaban para descarnar y quitar la grasa de las pieles que  posteriormente curtían, sobre todo Lika y Grazz, las puntas que se colocaban en las inseparables lanzas de los cazadores, perforadoras para hacer agujeros en las pieles y como no las imprescindibles hachas de mano, también llamadas bifaces, que eran piedras de silex fundamentalmente aunque también empleaban la cuarcita, las cuales eran talladas por ambas caras, Errov destacaba sobre el resto en su fabricación, era especialmente hábil , tomaba un núcleo de silex y con una facilidad pasmosa lo iba girando rápidamente a la vez que lo golpeaba con un percutor, de modo que soltaba lascas, obteniendo como resultado un útil en el que casi todo el borde era un filo cortante, y que utilizaban con frecuencia para descuartizar eficazmente, a los grandes mamíferos cazados antes de ser  transportados a la cueva.

Todas estas actividades ayudaron a mantener ocupados a ambos grupos humanos durantes esas casi dos semanas, llegando incluso a crear lazos emocionales y de cierta amistad. La tensión inicial fue disminuyendo a medida que transcurría la convivencia, pero comenzó gradualmente a resurgir de nuevo cuando al final de esa segunda semana, en la cual también Yew pidió a Plot echar al clan de Ezkly de la cueva para poder realizar la ceremonia de invocación, y en la que habían empezado a disminuir drásticamente las reservas de alimento, Gertz, el lugarteniente de Ezkly, aprovecho para incitar y provocar , no participo en la elaboración de pinturas pues a pesar de ser un excelente cazador también destacaba por su pésima habilidad para el arte, lo cual no era extraño viniendo de una persona sin ningún tipo de sensibilidad. Si participó en cambio en la elaboración de las herramientas, golpeaba las piedras de silex sin mucho sentido pero así descargaba la rabia contenida, no aguantaba mucho y se detenía a observar indistintamente hacia el interior de la cueva, aquél infierno que suponía obedecer a un jefe que no era el suyo y en una cueva ajena a expensas de lo que pudieran darles, tenia el complejo de estar mendigando, el estaba acostumbrado a ganar, a cazar grandes presas y a avanzar sin problemas, con el solo impedimento que la diosa naturaleza eventualmente ponía en su camino, y hacia al exterior escrutaba el cielo como pidiendo a los dioses, rogando que parara aquel temporal para poder escapar y sentirse libre.

Sentía hacia Plot una mezcla de odio por el robo de su hija y su propio liderazgo, quizás porque era algo que el ansiaba, y además también una gran decepción hacia Ezkly, aquello no podía seguir así, él se imaginaba como jefe , se veía capaz de liderar a su gente, jamás hubiera permitido llegar a rebajarse de tal modo, quería terminar con ellos, con Plot, Errov, Troms, Yew …era una persona incapaz de mostrar sentimiento alguno, solo sentía afecto por su propia familia, su hija Lite, y su compañera Nagg ,por nadie mas.

Tenía necesidad de hablar con Akkar, el brujo de su clan, sólo él era capaz de conseguir convencer a Ezkly para poner fin a aquella situación, para pasar a la acción y atacar. Pero esto no era posible, realmente se encontraba solo, el resto del clan, incluyendo al propio hijo de Gertz, el cual había conseguido un entendimiento algo más que razonable, con el clan del lobo. Desde el clan de Plot sin embargo, había mas tranquilidad, pues confiaban en que tras la previsible mejoría del temporal el clan de Ezkly se marcharía pacíficamente, no sospechaban nada. Los neandertales conocían muy bien el clima de Carranza y aquellos temporales raramente duraban más de tres semanas, Gertz desconocía este dato y alimentaba su ansiedad.

Durante aquellas dos semanas Frun, mantuvo frecuentes intercambios visuales con Ann, la hija de Errov, aquel cazador que fue herido por los cascos del caballo en la fatídica jornada de caza. El observaba el cariño que Ann deparaba a su aún convaleciente padre, y como ayudaba en la diaria preparación de la comida, al principio no había reparado en ninguna mujer del clan, pero con el paso del tiempo las evidentes diferencias que entre ambos grupos existían iban en descenso, cada vez se admiraban más mutuamente, pues eran muy parecidos en casi todo lo que hacían.

Había tenido tiempo de olvidar, no sin dolor, a Lite, pero era una norma sagrada en el clan que jamás se había infringido, el hecho de respetar a las mujeres prometidas a otro hombre aunque en este caso lo fuese a otro grupo humano y tan diferente. También Lite era consciente y permanecía razonablemente tranquila, ya que mientras su clan permaneciera a su lado, cerca de ella, se sentía protegida. Cuando una mujer de su clan estaba prometida, ellas eran conscientes del cambio radical que suponía pero siempre iban a formar parte de un clan de los suyos, con las mismas costumbres y además en ocasiones los clanes que convivían en el entorno celebraban una especie de celebración o fiesta en la que se juntaban, compartían experiencias de todo tipo y prometían a sus mujeres, y además aquellas que anteriormente habían abandonado a su familia se reencontraban y era un día de felicidad absoluta, en este caso Lite quizás jamás volviera a ver a su familia cuando el clan de Ezkly abandonara aquella región. Pero Lite dentro de su resignación veía al hombre prometido, a Plot y éste le transmitía una especie de paz que desconocía y no entendía, y según iban pasando las semanas observaba que no eran tan diferentes. Además Plot era un jefe muy querido en el seno del clan del lobo, lo cual le recordaba la veneración que ella sentía por el jefe Ezkly, aumentando la confianza, era una sensación tranquilizadora y reconfortante. Esto se vio reforzado cuando al final de la primera semana de convivencia, Plot se desahogó con ella tratándola con dedicación, algo que no esperaba pues la imagen inicial que los neandertales le habían transmitido era muy diferente, llegó a tenerles miedo…

Incluso cuando castigó al pequeño Ihuk, Plot le transmitió a Lite una rectitud propia de un gran jefe, cuando la situación lo requería debía mantener el orden por la propia supervivencia del clan. Ihuk era el encargado aquella noche de mantener viva la hoguera perpetua dentro de la cueva, y se quedó dormido siendo sorprendido por su propia madre Lika, era tan grande la responsabilidad que tenían  
unos con otros, que cualquier fallo podía hacer tambalear el equilibrio en el interior del clan, todos tenían obligaciones, en concreto en el mantenimiento del fuego se solían alternar los más pequeños. Por eso su propia madre lo delató ante Plot, el castigo debía servir de ejemplo no sólo para el pequeño Ihuk sino también para el resto del clan.

Plot tenía adoración por Ihuk, sobre todo por su padre Troms, pero no podía pasar por alto el descuido de Ihuk. Troms creció con Plot, eran de la misma edad y compartieron años de aprendizaje y muchas horas de caza, manteniendo una especial relación de confianza y admiración mutua.
Era habitual castigar a los más pequeños, eso les iba a servir el día de mañana cuando ellos fueran los responsables de mantener el clan, ya como cazadores, exploradores, fabricando herramientas etc…Plot y Yew se reunieron aquél día para decidir que hacer con el joven, entendían que en otras ocasiones no habían sido excesivamente severos, por eso ahora había vuelto a suceder, Plot buscaba con el apoyo de Yew, un castigo ejemplar que el resto del clan temiera, que hiciera que el resto jamás se atreviera a desafiar las normas.

Yew comenzó a dibujar sobre el suelo de tierra la silueta de una persona, cuyas características coincidían con las de Ihuk, era un poco bajo para su edad, con una cabeza excesivamente grande que ya ocasionó a su madre Lika grandes sufrimientos el día de su nacimiento, llegando a peligrar su propia vida, de no ser por los cuidados de la siempre eficaz curandera, Xeti. Sus brazos eran muy desproporcionados en comparación con sus piernas… todo lo cual fue plasmado en tierra por Yew con un pequeño fragmento de rama de haya, del bosque cercano a la cueva. Después Yew dibujó una pequeña fogata junto a esa pequeña figura que representaba a Ihuk, y para terminar cerró el dibujo con un gran círculo. Posteriormente el mago comenzó a efectuar gestos mímicos para provocar el efecto que deseaba de tal modo que en el futuro Ihuk respetara y velara por el venerado fuego del clan, como se merecía. Tras la sesión de magia efectuada, Yew cayó agotado junto a Plot y juntos decidieron el castigo; debería permanecer durante quince lunas alejado de la protección del clan, debería buscarse alimento y cobijo por sus propios medios, y aprender la lección. Era un castigo muy severo que hacía muy probable que su vida corriera peligro. Cuando le comunicaron a Ihuk la dolorosa noticia se derrumbó, sabía que no iba a ser capaz de sobrevivir, al finalizar el temporal iniciaría su calvario. Y entonces es cuando no pudo evitar desvelar un gran secreto que llevaba tiempo guardando fielmente, descubrió a Ghut, éste le había confiado y revelado su sorpresa al escuchar lo que sucedía en el seno de alguna de las reuniones de los hombres, Ihuk le había prometido fidelidad pero no pudo resistirse, era una pataleta inútil e infantil, según iba desvelando el secreto de Ghut sabía que también estaba condenándole sintiéndose por ello aún más desdichado. Quería morirse allí mismo, su juventud le estaba jugando una mala pasada, iba a pagar caro su error. Al descubrir el gran secreto de Ghut, Plot y Yew determinaron castigarle del mismo modo que a Ihuk.

Ghut explotó de ira cuando le comunicaron la traición de Ihuk, los hombres habían sido espiados por el joven Ghut y merecía un castigo, durante esas reuniones entre otras cosas los hombres narraban historias y leyendas antiguas solo accesibles a los cazadores que iban acompañadas de rituales a la diosa Luna, la protectora de los cazadores, efectuaban ofrendas, sacrificios animales, además tomaban unas infusiones realizadas con yerbas recolectadas por Xeti,
la curandera, y que sólo ella conocía, y cuyos efectos provocaban una especie de alucinaciones en los hombres. Entendían que ese estado que sufrían lo provocaban los espíritus protectores del clan, su tótem el lobo, la diosa Luna, la Naturaleza…Y nadie que no fuera cazador podía interrumpir el ritual con el que se manifestaban estos dioses y espíritus, pues podían abandonarles y la caza que era el sustento principal del clan, se vería mermada por desatención. Sólo aquellos que participaban de las cacerías estaban autorizados para conocer las revelaciones que durante esas sesiones manifestaban los espíritus a los hombres. Era Yew el que interpretaba todos aquellos signos que ellos mismos representaban con sus danzas y gruñidos.

Xylom el padre de Ghut no salía de su asombro, ¡Cómo era posible! Su propio hijo había puesto en peligro a todo el clan, el hijo recibió numerosos golpes de su padre, con cada golpe su padre le repetía cómo había sido capaz de hacerlo, Ghut le intentó explicar que no fue su intención pero estaba Xylom tan ofuscado por la osadía y la propia vergüenza que tenía como padre, que sin escuchar a su hijo a punto estuvo de matarlo allí mismo, si el propio Plot no le detiene agarrándole fuertemente con ambos brazos. Ghut salió de la cueva casi inconsciente y estuvo sentado durante toda aquella interminable tarde, cuando pudo recobrarse un poco se sintió mejor, su angustia había llegado a su fin.

Después de aquél fatídico día en que fueron castigados los dos jóvenes del clan, Plot estaba aún consternado entre triste, por las consecuencias que podían derivarse de aquél castigo y a la vez satisfecho de poder mantener el valor suficiente para ejercer de jefe, pues sentía verdadera devoción por casi todas las personas que integraban el clan, eran una pequeña familia, pero con Troms, el padre de Ihuk, era incluso más especial. Tras engullir un trozo de carne templada, pues aún quedaban restos del día anterior cerca de la hoguera,  salió de la cueva y comenzó a sopesar las consecuencias negativas que podrían recaer sobre su gente, si Gertz conseguía convencer fundamentalmente a Ezkly y a Akkar de que debían pasar de una vez por todas a la acción. Plot observaba continuamente los movimientos de Gertz y no sabía porqué, pero conocía aquella forma de actuar. Este era el verdadero problema que en estos momentos amenazaba al clan, lo otro era un lance más de los muchos que tuvieron que padecer durante su existencia como grupo. Y a Plot le quitaba el sueño…

Desgraciadamente en sus propios genes residía la mezquindad y la insidia. Su propio padre le había legado un instinto del que se avergonzaba y para reprimirlo huía a la cima del monte más cercano, allí procuraba pasar los momentos más difíciles, precisamente coincidían con el plenilunio, Plot conocía los periodos de fase lunar y con la suficiente antelación se retiraba durante horas, alguna vez incluso días, compartiendo espacio con sus amigos los lobos, esos períodos de ira de Plot en los que también los lobos entraban en celo, y así de nuevo como predestinados, el lobo y el clan, en la figura de su jefe, aullaban juntos. Allí fuera, Plot seguía sentado bajo la piedra maldita que situada debajo del frontis de entrada de la cueva daba la bienvenida a la misma. Aquella enorme piedra que protegía y disimulaba la entrada de la cueva había sido trasladada por el clan tiempo atrás, en esta maniobra participó todo el clan excepto los ancianos, era difícil olvidar aquél fatídico día, ya que a la postre fue el día en el que su abuelo, el jefe  Laux, perdió la visión de su ojo izquierdo. Giraban la pesada piedra que distaba unos ochocientos metros de la guarida, Laux dirigía la maniobra retirando todo aquello que impedía la buena marcha del traslado, uno de esos obstáculos fue una rama baja de acebo que siendo flexionada  por Laux con una mano, a la vez que con la otra presionaba sobre la vertical de la piedra recién alzada, la rama resbaló de su enorme mano, totalmente desproporcionada en relación a su cuerpo, cuando Laux descuidó su pisada metiendo el pie derecho en una hendidura disimulada por las propias ramas y hojas caídas de los acebos, ladeándose para ese lado por culpa de esa trampa natural, instantáneamente la rama le propinó tal impacto que le ocasionó un desprendimiento de retina inmediato, perdiendo totalmente la visión de su ojo izquierdo dejándole maltrecho en el suelo. Aún así se levantó orgulloso de un salto, pero no pudiendo mantener el equilibrio volvió a dar con su pesado cuerpo entre el barro y las hojas de aquél camino totalmente inconsciente. Los hombres llevaron rápidamente el cuerpo de Laux a la cueva, allí Xeti, que por entonces aún era una niña, le hizo tomar una infusión de sauce para aliviarle el dolor, resultaba balsámico tal y como la había enseñado la difunta Klasma, la gran curandera además de madre del propio Laux. Ahora su hijo estaba en manos de la joven e inexperta curandera, pero Xeti poco podía hacer, Laux tenía el globo ocular prácticamente colgando sujetado por un sangriento y casi invisible 
filamento. El impacto que le reventó la retina no sólo le dejó sin visión tampoco se pudo hacer nada por mantener al menos el ojo en su sitio, a partir de entonces Laux tuvo que convivir con su minusvalía, disimulada con un parche de cuero curtido, de reno. Xeti aparte de calmarle el dolor poco pudo hacer, Laux sabía sufrir, no se quejaba en exceso quizás porque conocía el estado nervioso de la inexperta muchacha, además era en cierto modo la continuación de su propia madre como protectora de los males de su clan.

La jornada siguiente, iba a ser muy dura para todo el clan pero especialmente cruel para Laux, pero su obligación como responsable del clan hizo que se restableciera en su dignidad, ordenando proseguir con los trabajos de traslado de aquella majestuosa roca que habían comenzado el día anterior. Sin embargo cuando se encontraba sólo, la tristeza se apoderaba de él, era evidente que aquella jornada iba a marcar su declive como jefe del clan, fue por aquél entonces cuando Tlak empezó a fantasear con la idea de ocupar el puesto de Laux. Poco después de concluir el desplazamiento de la roca Tlak inició su plan de asedio, colmando la paciencia del clan con el forzamiento de Linf, lo que a la postre acabaría convirtiéndole en un paria en su propia tierra, desterrado y apedreado por sus propios familiares, culminando con su propia muerte.

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