LIBRO/Capitulo II: El Reencuentro

El gélido frío del norte llevaba varias lunas castigando la lamentable situación del clan del lobo, la alimentación escaseaba, apenas hacían batidas, los frutos secos se estaban agotando y las pieles que les arropaban se estaban volviendo insuficientes para soportar el frío glaciar. No era suficiente la hoguera perpetua que mantenían en lo más profundo de la caverna, cuando llegaba esta época solían trasladarse a la caverna de Aldeacueva, la cueva sagrada donde estaba enterrado Laux y su madre Klasma, y donde tuvo lugar el suceso del nacimiento de Laux rodeado de lobos, sentían que ahora los espíritus que habitaban en esa cueva debían protegerles…

Era imperioso que el clan organizara una salida a pesar del riesgo que suponía, necesitaban alimentarse, era urgente, el clan estaba amenazado, tres ancianos, cinco niños y cuatro mujeres tenían que sobrevivir en aquella cueva mientras durara aquél temporal, los seis machos del clan debían sostenerlo, así que Plot lo tenía decidido, Troms el explorador del clan, le hizo un croquis en el suelo de la cueva utilizando restos de madera carbonizada situando perfectamente a Plot en el sitio preciso en el que había atisbado la manada de caballos.


Rápidamente lo organizaron todo, ya no podían esperar más, tomaron sus lanzas, sin tiempo para ceremonias, la vida estaba en juego y ya darían gracias a sus dioses y espíritus más tarde. Las mujeres resolvieron ayudar igualmente partiendo en búsqueda de avellanas e higos, era difícil pero tenían que cooperar, alrededor de la cueva el manto blanco hacía inaccesible esta tarea pero valía la pena intentarlo. Los esplendidos avellanos se encontraban al abrigo de la cuenca del río Kalera, al que se accedía tras pasar un bosque de hayas y una vez atravesados los majestuosos cipreses que hacían de pasillo natural hasta dar con el río, a pesar del frío atenazador y de las gélidas temperaturas aún fluía un fino hilo de agua por su estrecho cauce.

Los miembros del clan cuyas condiciones vitales eran más precarias, los ancianos y los niños , se quedaron aguardando en la cueva, su esperanza de vida era muy reducida, difícilmente alcanzaban los cuarenta años, y por otro lado la mortalidad infantil era muy elevada, la relación entre ambos grupos era especial, como si intuyeran su destino y necesitaran una singular interrelación entre ellos, los ancianos del clan enseñaban a los niños y éstos se entregaban a una atención y escucha apasionada, de tal modo que las ocasiones en que se encontraban a solas, no perdían el tiempo los niños se iniciaban en el entendimiento de los espíritus protectores del clan así como de su Tótem, el lobo, y de cómo éste fue adoptado por el clan tras los sucesos del gran jefe Laux y su madre Klasma, la curandera. Se instruían en los rituales ceremoniosos del fuego, de la danza y especialmente de los ritos fúnebres, cuando enterraban a los miembros del clan, y por su parte los más pequeños cuidaban a los ancianos que se encontraban enfermos o maltrechos, ya que con el paso de las estaciones eran habituales las heridas, ocasionadas por lances de caza fundamentalmente.


Rodearon a la manada desde lo alto de la montaña, desde allí podían observar sus movimientos, era esencial que estuvieran coordinados, de lo contrario los caballos se les escaparían.
Troms provocó a la manada ahuyentándola hacia donde se encontraba el resto del clan, cuando esto ocurrió los miembros del clan del lobo salieron de sus escondrijos asustando a los caballos a los que sólo les quedaba una dirección, estaban desbocados, los neandertales con sus lanzas les azuzaron, agujerearon y punzaron hasta que encabritados y fuera de sí se lanzaron sin sentido hacia el precipicio, era la única dirección posible… aunque en la trampa sólo cayeron unas inexpertas crías de caballo…el resto de la manada frenó en seco y sustentándose únicamente sobre sus cuartos traseros se dieron la vuelta y resoplando volvieron sobre los cazadores que les acosaban llegando a herir al menos a uno de ellos con los cascos, acto seguido se batieron en retirada siguiendo al macho dominante de la manada, precioso ejemplar que ya de potro puso de relieve su gran temperamento y carácter al enfrentarse a machos adultos.


Por su parte los cro-magnon llevaban bastantes lunas deambulando por las tierras de Karrantza, buscaban una caverna que les protegiera del cada vez más insufrible temporal, estaban intentando adaptarse a aquellas tierras, el alimento no escaseaba, había mamuts, rinocerontes lanudos, caballos, bisontes, renos, ciervos, jabalíes, gracias a la cercanía de la costa contaban con recursos marinos como mejillones, mamíferos marinos como focas e incluso delfines. La costa, estaba a unas pocas lunas de distancia, era la búsqueda de caza la que les llevaba bastante más tiempo fuera de la cercanía de su cueva. No obstante abundaban también las amenazas como los temibles tigres dientes de sable, los abundantes lobos que dominaban la comarca, el gran oso pardo… precisamente serían los lobos, otra vez los lobos, los que iban a cambiar el destino de aquellas gentes.

Cuando el clan del lobo se dirigía de vuelta a su caverna con los caballos capturados oyeron gritos de pánico, provenían de cientos de metros pero se escuchaban como si estuvieran delante de ellos mismos, tal era así que soltaron instintivamente las presas y se pusieron en guardia con las lanzas en alto, pero tan pronto como se dieron cuenta que a su alrededor no había nada ni nadie, volvieron a tomar su tan necesitada comida, de ella dependía el futuro del clan. Pero apenas habían recorrido unas decenas de pasos cuando volvieron a escuchar aquellos desgarradores gritos, que parecían pedir ayuda urgentemente, no eran animales ciertamente, eran voces de humanos, no eran propias de los clanes neandertales de la zona, a la vez se percibían gruñidos, era evidente que fuese lo que fuese aquellos seres estaban en peligro…

Gruñidos equivalían a comida y a pesar de que venían de cazar, sólo habían podido atrapar dos potrillos, tras escapar el resto de la trampa del precipicio, y aunque con esas piezas tenían comida para unas cuantas lunas, nunca había que despreciar la posibilidad de obtener alimento, Plot decidió acudir hasta las rocas desde donde procedían aquellos misteriosos gritos, ascendieron en sigilo, el acceso no era difícil, el clan conocía perfectamente Santipiñia , aquél monte albergaba numerosos recuerdos para ellos y allí era donde iban a suceder unos acontecimientos que difícilmente iban a olvidar, el clan jamás sería el mismo, todo iba a cambiar…

Se encontraron con una escena estremecedora, una manada de lobos hambrientos devoraba a un anciano rezagado del clan de los cro-magnon, se habían resguardado en una cavidad de la ladera de esa montaña, desconociendo que eran los dominios de esa manada de lobos. Varios ejemplares de lobo aguardaban en el exterior mientras el resto de la manada a la orden del macho alfa, descuartizaba al anciano, eran los gritos del clan los que habían alertado a los neandertales y a su vez mantenían a los hambrientos lobos en un estado de ansiedad que les impedía de momento atacar…los lobos dominaban aquella montaña, y diariamente marcaban sus dominios con sus excrementos y orines para advertir sobre todo a otras manadas que aquellos terrenos les pertenecían, cuando en una de sus diarias rutinas de marca observaron a aquél intrépido grupo de humanos que los desafiaba…

Errov el cazador herido por los cascos de los asustados caballos se quedó en la base de la montaña guardando y protegiendo la caza, mientras el resto de los cazadores se encaminaban al encuentro de aquellos gruñidos, fue una decisión arriesgada de Plot dejar a un miembro del clan herido y solitario y con la caza del día anterior, pero decidieron arriesgarse, Plot intuía que los espíritus estaban de su parte, si todo salía bien el clan debía ofrecerles un ritual especial…

Plot no pudo evitar mostrar su enfado cuando se dio cuenta de la situación, al observar en primer lugar el peligro que representaba una manada hambrienta de lobos, sus amados y a la vez temidos lobos, y por otro lado y lo que era más inquietante se volvían a encontrar con aquellas extrañas gentes, aquellos seres venidos de lejos que en su día representaron una gran amenaza para la supervivencia del clan, y ahora que Plot y todo el clan los habían olvidado volvían a mostrarse de aquél modo. Seguían siendo mucho más numerosos, eran una amenaza y un problema, ¡Un gran problema!

Plot se encontraba ante un gran dilema ¡Que hacer!, marcharse y dejar que las fieras terminaran con aquellas gentes extrañas o por el contrario valorar el momento como propicio para conseguir más alimento, aunque ello significara la pervivencia de aquella comunidad.

Fue entonces, mientras Plot y los cazadores determinaban qué hacer, cuando sucedió, uno de los niños de los cro-magnon salió asustado de la cueva, fuera de sí, enajenado, preso de un espantoso estado de excitación y nerviosismo, gritaba y corría sin sentido, no sabía lo que hacía, su abuelo estaba siendo devorado por tres lobos, siguiendo el estricto orden jerárquico, por la pareja alfa dominante y el lobo más anciano, sin que aquél clan pudiera ayudarlo, tan pronto como el niño había salido de la cueva fue rodeado por el resto de la hambrienta manada de lobos.

Aquél niño no tenía escapatoria, desde dentro de la cueva su gente gritaba desesperada, Plot estaba cada vez más nervioso, no sabía que hacer estaba paralizado, quizás de miedo, al ver a aquellos imponentes lobos, pero necesitaba tomar una decisión, los lobos no iban a tardar mucho en darse cuenta de su presencia, y quizás entonces pasarían ellos a formar parte del menú. Entonces Plot decidió marcharse de allí, rápidamente hizo señales al resto de los cazadores que lo siguieron sin replicar y corriendo lo secundaron extrañados, no sabían a donde se dirigía su jefe, pero éste más que correr, galopaba sin parar, entonces los cazadores se dieron cuenta del plan que Plot había planeado, llegarían hasta la entrada de la guarida de aquellos lobos, en ella se hallaban los últimos lobatos nacidos de la manada junto con dos lobas que los protegían, apenas tenían cuatro meses, y las lobas salieron de la guarida  cuando se abalanzaron los neandertales con sus lanzas atravesándolas de lado a lado muriendo ambas casi en el acto, pero no sin antes proferir unos desgarradores e infernales aullidos, aullidos de dolor y de comunicación instintiva al resto de la manada del peligro en que se hallaba la camada.

La situación estresante que estaba viviendo el clan cro-magnon había despertado en Plot un plan de obtención de alimento infalible, unos lobatos al cuidado de una o dos lobas en una guarida a la que no se hubieran asomado jamás de no haber sido por encontrase casi toda la manada ocupada con los cro-magnon. En ningún momento Plot pensó en ayudar a aquella gente sino en su propia necesidad de conseguir alimentar a su clan. Pero una cosa llevaría a la otra, pues la manada ante la llamada de las lobas que protegían la guarida, desaparecieron de inmediato…

El niño que salió de la cueva totalmente enajenado fue salvajemente atacado como cualquier otra presa de ese tamaño, los lobos le seccionaron el cuello partiéndole la glotis al momento, su vida expiraba entre cientos de hojas de castaño cual improvisado ataúd, y lo que quedaba de su reducido cuerpo era ahora abrazado entre llantos de dolor por el clan cro-magnon. Pero debido a las circunstancias, duró poco, abandonando rápidamente el lugar ante el temor de la vuelta de los lobos.

Por su parte los neandertales huían como alma que lleva al diablo, ladera abajo, hasta el lugar dónde los esperaba Errov, antes de llegar a la base de la montaña se toparon con los cro-magnon que contemplaron al clan neandertal con asombro, portaban cuatro lobatos en improvisadas bolsas hechas con pieles de sus propios ropajes. Casi en lo alto de la montaña, excitados y sudorosos se miraron y escucharon unos sobrecogedores aullidos provenientes de la guarida, y sin decirse nada escaparon velozmente, en su huída les acompañaban los imponentes y conmovedores sollozos que aquellos animales emitían, aullaban mientras olisqueaban aturdidos las inmediaciones de la guarida, ya era improbable que los siguieran, pero aquél olor les era de sobra conocido, la rivalidad era inmemorial, los hombres habían vuelto a desafiarles, penetrando primero en sus dominios e irrumpiendo en su guarida violentamente, ellos sólo se estaban defendiendo como casi siempre, pero esta vez habían ido demasiado lejos, se habían llevado a sus cachorros poniendo en  riesgo la supervivencia de la manada. El macho alfa aullaba de un modo escalofriante como prometiendo venganza, el aullido se escuchó en todo el valle, estremeciéndose todas las criaturas vivas que lo habitaban, las cuales se quedaron inmóviles dejando incluso de respirar mientras duró el terrible bramido.

Ambos clanes se alejaron rápidamente de Santipiñia, se observaban desconfiados aunque a distancia, entonces los cro-magnon empezaron a  percatarse de lo que había sucedido en aquella montaña de empinadas laderas. Debían su propia vida a la sorprendente y osada actuación de los neandertales aunque realmente ellos desconocían por completo que es lo que podía haber sucedido para que los lobos desaparecieran de aquél modo, aunque Ezkly ya había comenzado a hacerse una ligera idea, Ezkly estaba agradecido a aquellas gentes, aunque no lo habían hecho de forma premeditada, su ataque a la guarida de los lobos les había salvado la vida y probablemente había transformado el futuro de todo el valle…todo ello a pesar de la tristeza que invadía los duros y a la vez sensibles corazones de los cromagnon, cuando recordaban el momento en que la Diosa de la Oscuridad se llevó los espíritus del anciano y de su nieto.

Debido a la rapidez de sus movimientos ladera abajo llegaron muy pronto al lugar donde estaba el tullido Errov, y una vez allí se derrumbaron, extasiados por el sobrehumano esfuerzo  que había significado la caza de los caballos primero y de los lobos después, a lo que había que añadir la carga que suponían las propias piezas de caza y los nervios por la cercanía de los cromagnon, que continuaban a una prudente distancia de ellos.

¡Que sucedería!

Ezkly se hallaba ante la decisión más trascendental para el devenir de su clan. O bien se alejaban velozmente de allí o por el contrario buscaban cobijo en lugar seguro cerca del entorno del clan de Plot.

Plot y sus heroicos cazadores a duras penas podían con la abundante caza que portaban y que sin lugar a dudas suponía la esperanza de sobrevivir al duro temporal que ya azotaba con fuerza en todo el valle y que se aventuraba largo.

Ezkly seguía indeciso, la situación le desbordaba y ya no lo podía demorar más… mientras continuaban el descenso por la suave ladera de aquella inolvidable montaña comenzó a urdir un plan, era evidente que ellos eran más numerosos, pero los neandertales eran más fornidos y enérgicos, estaban dotados de útiles y armas más prácticas y efectivas en la lucha, dudaba por tanto de entrar en un enfrentamiento directo con aquél clan, Gertz su lugarteniente y mejor cazador le animaba con su vidriosa mirada a que diera el paso, que de ser favorable les reportaría el dominio de la zona sin oposición de aquél enorme y desconocido valle, pero aún así era indudable que su clan también sufriría graves pérdidas, esta había sido la primera opción durante la mayor parte del rápido descenso. Según bajaban, Ezkly iba cambiando de opinión, pensaba que siempre tendrían tiempo de proceder a un ataque, pero antes debían conocer mejor la zona en la que habían decidido instalarse, y eso iba a ser más fácil si contaban con ayuda, además también pesaba el hecho de que los espíritus hubiesen querido que fueran salvados por aquellos seres.
Ya habría tiempo de ejecutar los rituales de agradecimiento una vez instalados…quizás sus dioses querían una etapa de concordia, de paz entre ambos clanes, tan distintos en lo físico y tan parecidos en todo lo demás.

Además pronto surgió una ocasión para poner en práctica esa etapa de armonía, Errov ya no podía más, tenía una gran lesión por aplastamiento en su pierna que sin llegar a estar fracturada le impedía continuar, provocándole espantosos dolores, el cazador ya no podía soportar más su pesado cuerpo , sus compañeros intentaron ayudarle colocándole en la maltrecha tibia, trozos de pieles arrancados con sus propios dientes, a modo de venda alrededor de la misma, pero lo hicieron con tal fuerza que la propia opresión del improvisado vendaje agravó aún más su situación, tras varios inútiles intentos Plot determinó dejarle allí abandonado, sería una carga para el resto del grupo y del propio clan que esperaba ansioso la llegada del alimento. Este fue el momento que aprovechó Ezkly para poner en práctica su plan de interrelacionarse con ellos. Rápidamente mandó llegar hasta él a la hechicera de su clan ordenándola ayudar a aquel desdichado, Nize  se dispuso a buscar en su bolsa de piel de nutria en la que llevaba entre otras cosas sus pequeños utensilios como lascas, diferentes hierbas cuidadosamente guardadas entre finas pieles para que no se mezclaran y su especial recipiente de caparazón de tortuga, donde los combinaba. Tras comprobar Nize que no se trataba de una pierna rota, ordenó a la aprendiza, que la seguía a todos los sitios, que preparara sauce y pidió permiso a Ezkly para iniciar el rito del fuego y poder hervir el sauce que posteriormente aplicaría a Errov mediante  una gran cataplasma, además sacó un puñado de manzanillas secas con las que esperaba desinflamar un poco la pierna afectada.

Ya habían empezado a proporcionar auxilio a Errov cuando Plot desde la distancia observó atónito la escena, aquellos extraños estaban dispensando cuidados a su cazador ¡Era eso posible! ¡Como iban a reaccionar los espíritus protectores del clan del lobo! ¡Jamás había sucedido nada parecido! Estaban siendo ayudados por otros espíritus extraños, Plot estaba aturdido, como si no hubiera sido ya bastante, ¿podía ahora permitir aquello? no lo sabía, tampoco estaba Yew, el hechicero del clan y conocedor de los recuerdos y deseos de los espíritus, era anciano y se quedó en la cueva con las mujeres y los niños. Pero además ¡Como iba a impedirlo! Estaban ayudando a uno de los suyos y además Plot sabía que si aquél grupo extraño hubiese querido, podían haberlos atacado y a estas alturas estarían muertos. Plot se volvió, miró a sus compañeros de clan y continuaron aún mas rápidamente hacia su cueva, pronto anochecería… Errov pareció asentir desde la lejanía con su triste mirada, comprendiendo a su jefe, él hubiera hecho lo mismo. Su única duda residía en saber si cuando llegara su hora los espíritus de su clan lo abandonarían. Con los  víveres que portaban, el clan se encontraría a salvo, las ceremonias que solían ofrecer a la madre Naturaleza iban a ser ahora celebradas de un modo muy especial dadas las precarias condiciones en que se encontraban.
Mientras Nize y su ayudante Nara aplicaban sus artes curativas a Errov, éste sufrió un repentino desmayo, ya hacia tiempo que ni siquiera sentía dolores, pero a pesar de aquella lesión y lo que representaba para un cazador, sobreviviría, eso era lo importante.

A Ezkly se le había presentado una ocasión inigualable de llegar a un  acercamiento con los habitantes de aquel valle. Pensaba que si eran capaces de salvar a Errov y devolverlo a su clan, la situación tomaría el rumbo adecuado. Para lograrlo envió a Atum el más ágil de sus exploradores para que siguiera sigilosamente al clan del lobo hasta su cueva.

La noche transcurrió en celebración continua, solo hubo un momento de tristeza cuando Plot imploró a sus espíritus por la protección de Errov. Alrededor del fuego y decorados con pieles y pinturas danzaban y comían a la vez que emitían unos aullidos ensordecedores emulando de ese modo a su tótem protector.

Tras aquella festejada noche el clan dedicó la mañana a descansar, el fuego perpetuo vigilado constantemente de modo rotatorio por los más jóvenes del clan les proporcionaba una agradable calidez en el interior de aquella formidable y amplia oquedad natural formada a lo largo de los siglos en aquella montaña. Cuando Xylom  el encargado de vigilar las inmediaciones de la cueva dio la voz de alarma, el clan del lobo sobresaltado y aún desorientado tras la extenuante noche tomaron sus lanzas instintivamente, piedras y cuantos objetos encontraron cerca y se dispusieron a salir al exterior a repeler el ataque, ya que ese era el significado de la alerta dada por Xylom con su gruñido.

En el exterior les esperaba Ezkly y el resto de su grupo de homosapiens, fue una situación tensa, provocó un momento de silencio durante el que se podía sentir el latido de aquellos hombres cual orquesta de pequeños tambores al ralentí, como a la espera de una señal del jefe del clan.
Ezkly tomó la iniciativa para evitar la embestida que con seguridad y a modo de defensa efectuarían los neandertales protegiendo su cueva, estaban invadiendo sus dominios, no quería Ezkly dar pie a que lo tomaran como una provocación y haciendo una seña con su enorme brazo  mandó hacer traer algo…

Los neandertales miraban ansiosos a Plot, como pidiéndole permiso para atacar, Plot frenó su ímpetu con su mirada, era evidente que si los sapiens hubieran ido hasta allí con intención de batallar a estas alturas sus cadáveres serían pasto de las abundantes hienas y buitres que deambulaban por el valle, así que se armó de paciencia y esperó movimientos del clan extranjero.
De entre la zona posterior del grupo de sapiens salieron dos fornidos jóvenes, portaban algo entre pieles y lo depositaron muy lentamente junto a Plot, así de ese modo, enrollado y a la vez que protegido Plot, creyó apreciar asomar entre aquellas pieles la cabeza de Errov, su valiente cazador.

¡Pero porqué se habían molestado en trasladar su cadáver hasta allí! ¡Que les movía a actuar así!

Con la cabeza indicó a las mujeres que desenrollaran a Errov y llevaran su cadáver hacia el interior de la cueva, cuando estaban haciéndolo se dieron cuenta que su corazón aún latía, Ezkly asintió con su mirada ante Plot, estaba vivo aunque sin conocimiento, rápidamente las mujeres del clan lo llevaron a la cueva entre sollozos de alegría para ofrecerle sus cuidados.

Plot no entendía nada, estaba emocionado y se alegraba lógicamente de la vuelta de Errov, los espíritus estaban con ellos, desde que encontraron a aquellos seres nada les había salido mal.
Pero porqué lo harían, ¿Que pretendían? , era evidente que buscaban algo, antes de continuar con sus pensamientos Ezkly se le volvió  adelantar y les ofreció  a los neandertales lo único que poseían, algunas pieles, herramientas que ellos desconocían y alguna figurilla de barro realizada por el artista de los homo sapiens, pero Plot rechazó categóricamente aquellos regalos, ellos ya poseían pieles y las herramientas aunque las veía con deseo, ya que eran mas complejas, realizadas con marfil, hueso y astas de diferentes animales y podían ayudarles en las diferentes tareas como aquellas cuerdas a las que añadían una especie de anzuelo con que seguramente pescaban, pero eso a Plot no le satisfacía, él se había fijado en Lite, llevaba ya un tiempo observándola, se acercó a ella y la agarró por el brazo con fuerza y la atrajo hacia sí mostrando sus deseos, Ezkly se sorprendió del rumbo que había tomado la situación, no podía abandonar a su hija a aquellas gentes, ¡Que podía hacer!...

Si sobrevivían era, por el valor de ese extraño clan, esos seres tan diferentes, no le quedaba alternativa posible, debía ceder y dar a su hija al jefe de aquél clan que evidentemente dominaba la zona y conocía todos sus recónditos lugares, debía verlo como una oportunidad única para conseguir superar la dura pelea diaria por la supervivencia, estarían cerca de ellos al menos hasta conocer suficientemente la zona, el alimento había que buscarlo, no era que sobrara , pero había suficiente para todos, luego eso no iba a ser motivo de disputa entre ellos, al menos eso era lo que creía Ezkly. Y además conocían mejores métodos y tácticas de caza así como el empleo de mejores armas, las mismas que fueron ofrecidas a los neandertales pero rechazadas al considerar que  lo que necesitaban era reproducirse, pues realmente el clan era cada vez más reducido e instintivamente Plot consideró la mejor opción de todas.
 Al fin y al cabo aquellas extrañas armas no sabían utilizarlas con lo que pasarían a depender de los recién llegados para tareas que llevaban realizando desde tiempos inmemoriales.

Durante toda aquella jornada se dedicaron a observarse, algunos incluso se atrevieron a acercarse, se olían, se tocaban, se intercambiaban objetos…

Ezkly estaba nervioso, su gente tenía hambre y mientras que aquellos seres habían rentabilizado su incursión montañosa con diversos víveres, ellos no solo no tenían nada que llevarse a la boca sino que encima habían perdido a dos integrantes del clan. Se dirigió a Plot y le insinuó que tenían hambre, después de todo ellos de un modo u otro les habían facilitado parte de sus presas, Plot estuvo un tiempo observando a aquél depauperado grupo y consintió que accedieran a la comida del clan. Pero le dejó claro que aquello no se podía dilatar en el tiempo, debían buscar su propio sustento además de un lugar donde cobijarse 

De este modo se garantizaba una época de paz entre aquellos clanes, la verdad es que desde que se encontraron nada malo les había ocurrido, más bien todo lo contrario. El rumbo que habían tomado los acontecimientos les había hermanado de alguna manera, de ese modo los neandertales asegurarían un poco más su ya penosa situación reproductiva.

El temporal que venía amenazando hacía ya varias lunas, comenzó de un modo repentino aquella misma noche, los neandertales no sabían si interpretarlo como una bendición de los dioses o todo lo contrario, ¿Acaso los espíritus del clan desaprobaban aquella extraña unión? Lite era una joven alta y muy delgada, al contrario que las mujeres del clan del lobo que eran más anchas y bajitas, era evidente que Lite producía rechazo entre la mayoría de los hombres del clan, la encontraban horrible, no entendían cómo Plot se había encaprichado de aquella extraña.

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